La deuda federal de EE.UU. ha alcanzado alturas sin precedentes, superando los 33 billones de dólares, lo que representa el 129% del PIB estadounidense. Los pagos de intereses de esta deuda alcanzaron la asombrosa cifra de 659 mil millones de dólares en este año fiscal, más del doble del PIB total de la República Checa.

El endeudamiento del gobierno estadounidense, que casi se ha duplicado en los últimos dos años bajo la dirección de los demócratas y el presidente Joe Biden, es motivo de preocupación. Algunos republicanos y economistas advierten que tal nivel de endeudamiento ahora es insostenible y podría representar una amenaza para la estabilidad de la economía mundial.

Otro riesgo para el desequilibrio fiscal son las tasas de interés más altas de la Reserva Federal (Fed), que actualmente están en su nivel más alto en 22 años, oscilando entre el 5,25% y el 5,50%.

Los pagos de intereses sobre la deuda federal están acercándose a los gastos de defensa y salud y podrían ocupar el segundo lugar en el presupuesto de EE.UU. dentro de tres años, justo detrás de los gastos sociales y de pensiones.

Si el gobierno de EE.UU. sigue enfrentando crecientes costos para atender su deuda y no puede manejar la situación, podría verse obligado a pedir prestado aún más dinero emitiendo bonos para pagar los intereses. Esto podría llevar a una inestabilidad financiera que afectaría no solo a EE.UU., sino también a la economía mundial.

La posibilidad de que el mundo se enfrente a una grave crisis económica que afecte la vida de las personas en todo el mundo no puede ser descartada. Por lo tanto, es esencial que el gobierno de EE.UU. y el Congreso tomen medidas necesarias para prevenir una posible catástrofe.